30 septiembre 2006

Texto de Inicio Programa N° 20 (29-09-06)

Caminaba sin rumbo, la ciudad estaba desierta. Las puertas de las casas abiertas de par en par. Nadie en el interior de las mismas. Apure el paso y doble en la esquina siguiente. Nadie. Era inútil seguir, no había nadie en la ciudad. Ver Buenos Aires así era realmente extraño. Sin autos, sin gente, sin ruidos.....Éramos solo nosotros dos, la ciudad y yo. Sin embargo ella no era la misma. Había perdido su encanto. No era nada sin su gente. Detuve mi marcha, me senté en el cordón de la vereda y encendí un cigarrillo. Este es mi ultimo cigarrillo, pensé. Seguramente mi destino es el mismo que el de todos los demás. Di la ultima pitada, apoye la cabeza sobre mis rodillas y trate de dormir. Comencé a soñar que estaba en casa. Una extraña voz salió de la radio y dijo. “Bienvenido al ultimo tren” donde los sueños son la única realidad

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